A días de que se estrene la nueva Línea 3 del Metro, la Universidad de Chile levantó una iniciativa para cambiar el nombre de la estación Hospitales por el de Eloísa Díaz, la primera médico cirujana del país.
De las 118 estaciones del Metro de Santiago, ocho tienen nombre de mujer. Por esa razón, la campaña #UnMetroParaEloísa del plantel estatal busca rendirle homenaje a su egresada, por ser un símbolo de la igualdad de género y ser una de las primeras mujeres en el país que se tituló en la educación superior.
Sobre la iniciativa, el rector Ennio Vivaldi, indicó que “dado el contexto actual, y las movilizaciones que llevan adelante las mujeres en Chile, sería muy afortunado que esta nueva estación de Metro llevara su nombre. Reconocer su figura es reconocer la historia del país y permitir que la ciudadanía y las nuevas generaciones conozcan a Eloísa Díaz, y sientan orgullo por su aporte”.
Sin embargo, la idea fue rechazada por el actual presidente del Metro, Louis de Grange, quien señaló que el nombre de la estación ya fue definido. “El criterio de la empresa es que el nombre de la estación señale en qué lugar de la ciudad se encuentra ubicada y que ayude a los pasajeros a navegar en la red”, afirmó. Sin embargo, la empresa estatal se mostraría dispuesta a reconsiderar la propuesta.
Aunque aún no se sabe si se reivindicará la memoria de Eloísa Díaz con el nombre de la estación, si se puede recordar los principales hitos que la transforman en unas de las principales mujeres de la historia de Chile.
El legado de Eloísa Díaz
“Vedado estaba a la mujer chilena franquear el umbral sagrado del augusto templo de las ciencias. La ley se oponía a ello cerrándola el paso que conducía a las aulas oficiales, en las diversas gradaciones de la enseñanza secundaria y superior (…) Pero los tiempos cambian”.
Las palabras fueron escritas por Eloísa Díaz y son parte de su memoria de título. En enero de 1887, se graduó con honores como Médico en la Facultad de Medicina y Farmacia en la Universidad de Chile, convirtiéndose en la primera profesional no sólo de Chile sino de Sudamérica.
Fue recién diez años antes -en 1877- cuando un decreto permitió a las chilenas rendir exámenes para ingresar a la universidad. Eloísa, en tanto, se convirtió en el primera matriculada en Medicina en la U. de Chile en 1881.
En su trayectoria de estudiante, una de sus principales motivaciones era la investigación, lo que le permitió asistir a distintos congresos latinoamericanos para exponer sobre la salud escolar, su principal preocupación.
Después de titularse fue médico inspector de las escuelas fiscales del país, cargo que le permitió fundar un servicio médico y dental escolar. Desde su trabajo impulsó campañas para promover la higiene entre los establecimientos y la vacunación masiva. También encabezó la Asociación de Señoras contra la Tuberculosis.
Eloísa Díaz se jubilaría en 1925. Dos años más tarde, en el aniversario de los cincuenta años del decreto que le permitió realizarse profesionalmente, ella y Ernestina Pérez, la primera ginecóloga, fueron homenajeadas como símbolos del acceso femenino a la educación superior.
En 2006, la Universidad de Chile creó una medalla en su honor para egresadas de la Facultad de Medicina.
Gentileza de Universidad de Chile