El agua constituye el principal componente del cuerpo humano y es esencial para que pueda llevar a cabo sus funciones. En los adultos, este elemento puede representar hasta el 60% del peso corporal, y en los recién nacidos un 75%. Es por eso que tomar agua regularmente y mantenerse hidratado son hábitos esenciales para mantenerse saludable.
Durante el verano, las altas temperaturas y la transpiración hacen que el cuerpo pierda agua más rápido, es por eso que en esta temporada se debe prestar especial atención a este hábito. La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, Yasna Muñoz, entregó recomendaciones para ello.
En el sitio de la UNAB la experta aseguró que el agua “es esencial para los procesos fisiológicos de la digestión, absorción y eliminación de desechos metabólicos no digeribles, también para la estructura y función del aparato circulatorio. Actúa como medio de transporte de nutrientes y todas las sustancias corporales, y tiene acción directa en el mantenimiento de la temperatura corporal mediante la evaporación de agua a través de la piel”,
La académica advirtió que es fundamental mantener un balance hídrico en el cuerpo. Esto es, que la ingesta de agua y la producción endógena de la misma -la que se obtiene a través de los alimentos- sean iguales a sus pérdidas. Cuando esto no ocurre, el organismo comienza a “ahorrar” agua, disminuyendo su eliminación renal y produciendo una orina más concentrada.
Sin embargo, este sistema ahorrador tiene su límite, por lo que si la ingesta de agua es de niveles muy bajos, se producirá deshidratación. Esto, explicó la especialista, no sólo tiene efectos en el rendimiento físico, sino que también mental.
“La deshidratación, a partir de un 2% del peso corporal, no sólo produce sed y una disminución del rendimiento deportivo, sino que también afecta al rendimiento intelectual: memoria a corto plazo; atención; fatiga, facultades aritméticas; rapidez psicomotriz; rapidez de decisiones perceptivas, entre otras”, detalló la académica de la UNAB.
Según la experta, la deficiencia de agua, además, puede empeorar el proceso digestivo, aumentar la probabilidad de tener infecciones, constipación y reacciones alérgicas, provocar dolor de espalda, cabeza y articulaciones.
“Conforme aumenta la deshidratación, la sintomatología se va incrementando hasta llegar al colapso e incluso la muerte. La deshidratación aumenta el esfuerzo cardiovascular. El cuerpo humano puede llegar a perder hasta el 10% del peso corporal en forma de agua con un posible aumento de la mortalidad”, aclaró la profesional.
¿Cuánta agua hay que tomar?
En las Guías Alimentarias de Chile -actualizadas en 2013 por el Ministerio de Salud- se recomienda ingerir un promedio de 6 a 8 vasos al día de agua (2 litros/d) para mantenerse hidratado. Sin embargo, el consumo ideal de agua para cada persona va a variar según la edad y el peso.
Según la tabla publicada en el sitio de la Universidad Andrés Bello la forma de calcularlo es la siguiente:
- Prematuros 135 a 190 ml/kg de peso/d.
- Recién nacidos 150 ml/kg de peso/d.
- Lactantes 120 a 135 ml/kg de peso/d, 4 a 5 tazas al día.
- Preescolar 115 a 125 ml/kg de peso/d, equivale a 1.2 a 1.5 litros al día entre 5 a 6 vasos.
- Escolares 90 a 100 ml/kg de peso/d, 6 a 8 vasos de 1.5 a 2 litros día.
- Adolescentes 1.5 cc por kg de peso/d, entre 10 a 12 vasos al día.
- Adultos 30 a 35 ml/kg de peso/d.
- Adulto mayor 30 ml/kg de peso/d.