El próximo lunes 26 y martes 27 de noviembre cerca de 300 mil jóvenes rendirán la Prueba de Selección Universitaria (PSU). A medida que avanza la cuenta regresiva, comienza a crecer la ansiedad y los nervios de muchas personas.
Para enfrentar este proceso, un equipo de profesionales del Centro de Apoyo al Aprendizaje de la Universidad Católica del Maule entregó las claves para no dejarse llevar por el estrés previo a la prueba.
En primer lugar, los expertos coinciden en que generalmente los problemas surgen porque los alumnos no tienen hábitos de estudio, no saben organizar el tiempo o estudian a última hora.
Es por eso que aprendiendo a controlar estos factores, los alumnos lograrán aprovechar al máximo los 30 días que quedan.
Estrés positivo y estrés negativo
Lo primero que hay que saber es que no todo el estrés es malo. Según el psicólogo del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) de la UCM, Felipe Franzani, el estrés es necesario. “No podríamos vivir sin él, estaríamos paralizados, nada nos movilizaría a la acción”, sostuvo.
Sin embargo, lo que tienen que cuidar los jóvenes que estén preparando la PSU es que el estrés no se convierta en un estado generalizado, que dure días, semanas, o incluso el mes completo que queda antes de dar la prueba.
“El estrés al volverse crónico puede desembocar en una enfermedad o en un trastorno, como el burnout o ‘estar quemado’ (…) Esto afecta en una variedad de maneras, por ejemplo, en no poder conciliar bien el sueño y estar con el ánimo alterado o irritable”, explicó Franzani.
El estar permanentemente en un estado de estrés puede incluso tener efectos en la memoria y en la capacidad de concentrarse de los jóvenes, quitándole provecho a todas esas horas de estudio.
Estrategias para enfrentar la ansiedad
¿Cómo evitar caer en un círculo de estrés negativo? La clave, aunque parezca evidente, está en la organización. Establecer un horario fijo y realista, que sea fácil de cumplir es fundamental.
Este horario debe considerar al menos 10 minutos de descanso por cada hora de estudio, debe incorporar intervalos de tiempo dedicados al sueño y la comida, y debe dejar espacios para compartir con la familia, amigos y realizar actividades de esparcimiento.
Un consejo para realizar este horario es clasificar cada actividad en prioritaria, importante, rutinaria o intrascendente. De esta forma será más fácil tomar adaptarse a los imprevistos.
Otra estrategia que puede ayudar es estudiar acompañado. La psicopedagoga del programa Apoyo Psicoeducativo del CAP UCM, Francisca González, explicó que estudiar en grupo: “facilita el aprendizaje colaborativo, se comparten los conocimientos y distintos puntos de vista, enriqueciendo el saber y formando comunidades de aprendizaje”.
Además, hablar de la prueba con las personas más cercanas y compartir la experiencia de lo que se está viviendo también puede ser positivo. Ellos deberían ayudar a los jóvenes a entender que no se están jugando el futuro y a buscar más opciones en caso de que los resultados no sean los esperados.
Para los días antes de la prueba, es recomendable poner atención a detalles que pueden reducir la ansiedad. Por ejemplo, buscar la ubicación del lugar de rendición de la PSU, averiguar cómo llegar y calcular el tiempo de viaje.
Por último, el psicólogo del CAP UCM entregó opciones a las que pueden acudir los jóvenes si sienten que el estrés los está superando. Estas incluyen “hacer técnicas de relajación, como una respiración profunda, diafragmática, o meditación, visualizaciones guiadas, salir a caminar, mantener una alimentación adecuada y dormir las horas correctas que tu cuerpo necesita”.