No fue hace mucho tiempo cuando solo la familia podía acceder a Internet en sus hogares. Sin embargo, hoy este beneficio no es exclusivo para las personas: la lavadora, el televisor, la plancha, los refrigeradores y los relojes también pueden conectarse a la red.
El fenómeno se llama el Internet de las cosas, una muestra más del progreso tecnológico y cómo las actividades prácticas que realizamos todos los días se simplifican.
Si hay que darle un definición a este progreso, para el experto y docente en Ingeniería Civil Informática, Dagmar Pearce, “Internet de las cosas es darle comodidad a la personas a través de un sistema más confortable. Esto lo puedo hacer transformando una señal análoga en digital. Por ejemplo, a una máquina que funciona mecánicamente yo le puedo colocar ciertos sensores y obtener información, y todo este tipo de señales las puedo meter a la red”.
De esta forma, según el experto, se producen las técnicas domóticas, lo que permite darle vida a ciertas cosas y poder controlar sus movimientos. Básicamente, con un control automático manejamos las cosas domésticas de una casa, como prender las luces y controlar una lavadora.
Con este avance de conexión de redes ahora los objetos interactúan, bajo el concepto Machine to Machine. “Aquí hablamos de integración entre una máquina u otra, donde les puedo dar inteligencia artificial a través de un desarrollo. Eso permite automatizar ciertos procesos”, señala.
Los alcances del Internet de las Cosas también son implementados en las industrias. “En compañías de seguridad se implementa el control de las casas a través de sensores que te permiten saber si hay movimiento en tu hogar sin que tú estés o si es necesario prender ciertos equipos. Y en Google está el proyecto con los globos aerostáticos que te da internet a grandes distancias. Entonces siempre van saliendo tecnologías que se van implementando para facilitar el control de los objetos”, señala.
El Internet de las Cosas en Chile
En Chile se aprovechan cada vez más los alcances del Internet de las cosas gracias a inventos e iniciativas universitarias.
Es el caso de ProteinLab UTEM, donde un grupo de expertos y estudiantes de distintas carreras multidisciplinarias trabajan en sus laboratorios en innovadores proyectos que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas y el medio ambiente.
Algunos ejemplos son SmartNSen, un dispositivo que puede cuidar las plantas de tu casa a través de Twitter. Con sus seis sensores ambientales y una cámara fotográfica, recibe mensajes de la red social a través de @smart_nsen y reconoce palabras claves y te entrega las variables ambientales en las que se encuentra el jardín de tu hogar.
Torres, director de ProteinLab UTEM, señala la principal inquietud por el que nació este sensor fue para “explorar las potencialidades del uso de Internet en las Cosas, partió como una idea de conectar a la personas con un dispositivo y en el fondo ver cómo se comportan e interactúan las personas y los objetos”.
Otro innovador proyecto es el Dispositivo IoT (la sigla en inglés del Internet de las Cosas), un trabajo colaborativo entre UTEM y la Universidad Tecnológica Nacional de Tucumán (UTN FRT), en Argentina.
El trabajo consiste en que entre las facultades controlen ciertos dispositivos sin importar la distancia. De esta manera, un dispositivo análogo como una lámpara o un ventilador se pueda encender o apagar de forma remota y, mediante sensores, medir la temperatura, humedad y luminosidad. Todo esto se desarrolla de forma remota por medio de una APP para Smartphones y también desde una plataforma web.