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Científicos chilenos estudian uso de toxinas de marea roja para combatir crisis epilépticas

Un equipo de investigadores pertenecientes al Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) y a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile se encuentran analizando los efectos de la Neosaxitoxina en la epilepsia.

La “marea roja” normalmente se asocia a riesgos para la salud y pérdidas económicas para la acuicultura. Sin embargo, detrás de este fenómeno marítimo, podría esconderse una posible terapia para una patología que afecta a más de 50 millones de personas en el mundo: la epilepsia.

Este es el enfoque en el que trabaja un equipo de investigadores pertenecientes al Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) y a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quienes se encuentran analizando los efectos de la Neosaxitoxina, microalga responsable de la “marea roja”.

El equipo está actualmente analizando sus efectos con buenos resultados al ser inyectada en el cerebro de ratas con esta enfermedad, aprovechando su capacidad de inhibir la comunicación neuronal, al evitar la la generación de potenciales de acción que produzcan una excitabilidad neuronal anómala, como es el caso de la epilepsia.

“Estamos probando una sustancia que es considerada dañina, porque cuando hay marea roja los mariscos contaminados se pierden y los trabajadores se quedan sin llevar a su casa el sustento. De ahí nosotros estamos sacando un producto que ya tiene eficacia demostrada en otras patologías y la estamos probando en un modelo de epilepsia. Queremos que a futuro se convierta en un nuevo tratamiento capaz de controlar las crisis a largo plazo”, señaló Tamara Bustamante, del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI). 

La investigadora está realizando el estudio bajo la dirección del Dr. Néstor Lagos, director del Laboratorio Bioquímica de Membrana del Programa de Fisiología de la Facultad de Medicina y el Dr. José Luis Valdés, investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica.

Los resultados obtenidos en el modelo animal han demostrado que la administración en pequeñas cantidades de Neosaxitoxina directamente en el hipocampo -estructura del cerebro frecuentemente afectada por esta patología- disminuye tanto la incidencia de las crisis de epilepsia como la agresividad de las mismas.

Para conocer más sobre la historia de la toxina puedes leer el artículo completo en radio.uchile.cl

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