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Químico farmacéutico advierte sobre los riesgos de consumir esteroides anabólicos

El doctor Carlos Lagos, académico de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián, señala la importancia de no automedicarse estas sustancias para evitar riesgos en la salud.

Los esteroides anabólicos son una variación sintética de la testosterona que promueve, entre otras cosas, el crecimiento del músculo esquelético. Para los deportistas de alto rendimiento, está prohibido su uso, es severamente castigado y puede ser detectado través de los controles de antidoping.

Sin embargo, estas sustancias no están restringidas para la vida cotidiana, pese a que es importante que las personas eviten automedicarse y así no sufrir riesgos de salud.

De hecho, hace algunos meses el Instituto de Salud Pública emitió una alerta respecto a estos medicamentos, donde identificó a seis productos que no tienen registro sanitario y donde no advierten sobre las consecuencias de un uso excesivo.

En ese sentido, el doctor Carlos Lagos, académico de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián indicó al sitio del plantel que algunos productos “contienen nandrolona y estanozolol que son derivados sintéticos análogos de la testosterona, que estimulan la actividad y el crecimiento muscular. Algunas personas los compran por Internet y los traen sin tener registro sanitario en Chile, por lo que constituyen una importación ilegal de productos farmacéuticos”.

Abuso de esteroides

El experto explica que los esteriodes androgénicos son productos para uso humano o veterinario, y que en el caso de los deportes, la sustancia genera un efecto anabólico que permite el aumento de la masa y fuerza muscular.

Asimismo, los derivados sintéticos de la testosterona se pueden usar para casos de hipogonadismo, que es cuando niños y jóvenes no producen testosterona de manera natural. Otro uso es para pacientes con inanición por la falta de alimento durante períodos prolongados y están indicados para que puedan recuperar su masa muscular.

Otro uso es en el tratamiento de reemplazo hormonal, cuando aumenta la edad y va disminuyendo la actividad de la testosterona en los hombres, proceso que se conoce como andropausia.

En ese sentido, Lagos advierte que “el abuso de los andrógenos con fines no médicos, tiene varias consecuencias y riesgos. La primera es que suprime la función de los testículos endógenamente, produciendo atrofia testicular que secundariamente puede producir infertilidad. En el caso de las mujeres, se producirá el efecto contrario, generando virilización e interrumpiendo o modificando el ciclo menstrual”.

Además de estas alteraciones hormonales, Lagos señala que los esteroides de origen sintético podrían ocasionar daño hepático o hepatoxicidad. Mientras que en el caso de adolescentes en su etapa de desarrollo, el exceso de hormonas puede frenar su crecimiento o limitarlo.

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