El gluten es una glicoproteína que se encuentra presente en algunos cereales de consumo habitual como el trigo (gliadina), la cebada (secalina), el centeno (hordeína) y la avena (avenina).
Las personas que tienen la enfermedad celíaca –desorden autoinmune intestinal crónico con un fuerte componente genético- eliminan el gluten de su dieta, ya que este les genera una reacción inflamatoria que puede dañar el intestino y otros órganos como la tiroides, páncreas y articulaciones.
Yasna Muñoz, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, describió al sitio de la Unab que esta proteína “induce un proceso inflamatorio crónico en el intestino delgado, que conduce al aplanamiento progresivo de las vellosidades intestinales, hiperplasia de las criptas e infiltración del epitelio por linfocitos, que eventualmente pueden experimentar una transformación maligna”.
Lo que viene siendo tendencia en el último tiempo es que muchas personas optan por no consumir alimentos con gluten por considerarlo una opción más saludable, y también con el argumento de querer reducir el peso corporal y combatir algunas molestias intestinales. Sin embargo, no sería tan cierto que esta dieta sea beneficiosa para quienes no padecen la enfermedad.
Según Muñoz, “no existe evidencia científica acerca de hasta qué punto la dieta libre de gluten es estricta cuando se trata de grupos que la siguen como opción saludable; tampoco se sabe si esta dieta posee efectos adversos a largo plazo, debido a que los alimentos sin gluten poseen mayor cantidad de grasas y/o carbohidratos, además son pobres en vitaminas y minerales, ya que no se encuentran fortificados”.
Pese a esto, la académica de la UNAB dice que “lo favorable es que la población ha conseguido mover al mercado de alimentos libres de gluten, consiguiendo que las industrias de alimentos desarrollen o importen nuevos productos. Esto favorece la disponibilidad de este tipo de alimentos, especialmente para personas que necesiten adherirse a una dieta libre de gluten como tratamiento”.
Respecto a si igual es positivo disminuir el gluten de la dieta, la experta aclara que no hay evidencia científica, pero sí estudios semi clínicos que encontraron un efecto favorable en la sintomatología en algunas patologías como esclerosis múltiple, trastorno del espectro autista, esquizofrenia, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastornos depresivos, cefaleas, síndrome del intestino irritable, fibromialgia, dermatitis herpetiforme y epilepsia.
No obstante, concluye la especialista, “es necesario realizar más estudios para confirmar una causa – efecto del gluten sobre estas patologías, ya que la gran inmensidad de resultados, poco consistentes y de poca evidencia científica que hemos observado en bases de datos no científicas, está ocasionando que la población general esté orientándose hacia la elección de productos sin gluten, como un patrón de dieta más saludable, sin haber hallado una asociación positiva”.