El pasado lunes en el Palacio La Moneda, Andrés Couve, doctor en Biología Celular, asumía como jefe de la cartera del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI).
Uno de los desafíos de Couve, junto a la subsecretaria Carolina Torrealba, es asesorar y colaborar en el diseño, formulación, coordinación, implementación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a fomentar y fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación.
Sin embargo, Víctor Salas, experto en economía de la educación y académico de la Facultad de Administración y Economía de la U. de Santiago, analizó que la cartera podría ser poco relevante si no cuenta con los recursos suficientes.
“Se ve poca voluntad de dar un respaldo a la actividad científica. El ministerio puede terminar siendo algo muy poco relevante si no se destinan más recursos para fijar una nueva política de desarrollo”, sostiene.
Según el economista, la rebaja de 4,6% en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), más la reducción de 15% en el Fondo de Innovación Tecnológica (FIT), podría hacer difícil pensar que el ministerio pueda funcionar sin recortar dineros a otras partidas del Presupuesto.
“Este ministerio parte con menos recursos de los que repartía la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica”, afirma, y agrega que “para ciencia y tecnología, están en el orden de los 668.863 millones de pesos, que es lo que le corresponde a Conicyt para realizar actividades como Milenio y financiar varios otros fondos de diferentes ministerios”.
Por eso el académico hace hincapié en que Chile invierte apenas un 0,38% de su PIB en investigación y desarrollo, en comparación al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que alcanza el 2,4%.
“Hay que considerar que este ministerio se hará cargo de una amplia gama de actividades científicas, tecnológicas y de innovación, en diversas áreas. Nadie puede pensar que eso se logre con menos plata”, critica
Para finalizar, Salas cree que el Gobierno aún no pondera la relevancia que los resultados de investigaciones en ciencia y tecnología pueden provocar para mejorar la productividad del país, la actividad empresarial y el emprendimiento.