En 1928, y casi como una casualidad, Alexander Flemming descubrió el potencial uso de los antibióticos, iniciando una revolución en el mundo médico que permitiría salvar la vida de muchas personas.
Hoy, a 90 años de ese descubrimiento, existen más de 100 tipos distintos de antibióticos y la principal preocupación es el uso indiscriminado que se hace de ellos. Pese a que muchos los consideran como una cura para cualquier malestar o enfermedad, en realidad su función es exclusivamente combatir infecciones causas por bacterias.
Para conocer más sobre el uso correcto de los antibióticos, el sitio de la Universidad Andrés Bello elaboró una lista con los errores más comunes. La académica de la Escuela de Química y Farmacia de la UNAB, Verónica Romero, fue la encargada de aclarar los siguientes mitos en torno a su uso:
“Son el mejor tratamiento para el resfriado y la gripe”
Falso. Este se trata de uno de los errores más comunes en torno a los antibióticos. El resfrío y la gripe son de origen viral, por lo que los antibióticos no son efectivos en tratarlos. La doctora explicó que estas enfermedades son auto limitadas, es decir cumplen un ciclo y al cabo de unos días los síntomas desaparecen. En vez de acudir a los antibióticos, lo que se recomienda en estos casos es el reposo, mantenerse hidratado y tomar un anti térmico como el paracetamol si aparece fiebre.
“Cuanto más potentes, mejor”
Falso. No está justificado usar un antibiótico de amplio espectro para curar infecciones leves. Usar algo muy fuerte casi siempre es un error si no se ha indicado que sea necesario: esto puede contribuir al desarrollo de bacterias cada vez más resistentes para las que luego no exista tratamiento. Actualmente, hay alerta mundial al respecto y estos microorganismos se han denominado superbacterias.
“Son el mejor tratamiento para la fiebre”
Falso. La fiebre es un sistema de alerta del cuerpo y su origen puede deberse a muchos factores. Los antibióticos sólo serán efectivos en ayudar a bajar la fiebre cuando el origen de esta esté asociado a una infección.
“Producen cansancio”
Falso. Según la especialista, no existen estudios que demuestren que los antibióticos hacen que las personas estén más cansadas o desanimadas, en la mayoría de los casos estos son consecuencia de la misma enfermedad.
“Los inyectables son mucho más eficaces que los que se toman por vía oral”
Falso. Ambas formas de administración son igual de eficaces. Lo importante, aseguró la doctora, es seguir la dosificación indicada por el médico, sin olvidar ninguna toma y respetando los horarios.
“Si estoy tomando antibióticos no puedo beber alcohol”
Parcialmente falso. No todos los antibióticos interaccionan con el alcohol, sin embargo hay algunos que sí pueden disminuir su eficacia o generar efectos no deseados como nauseas, vómitos y descenso de presión arterial al mezclarse con alcohol. Lo recomendable es consultar al médico según el tipo de antibiótico que se esté tomando.
Si quieres conocer más sobre los efectos de los antibióticos en el cuerpo, puedes leer el artículo completo en el sitio de la Unab.