En el Magíster de Innovación de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez nació un interesante emprendimiento que incluso llamó la atención de la NASA.
Se trata de Copper 3D, una tecnología que desarrolla filamentos para impresoras 3D creado por el fisiatra Claudio Soto, el ingeniero eléctrico Andrés Acuña y el kinesiólogo Daniel Martínez.
Esta tecnología cuenta con nanopartículas de cobre, lo que permite crear prótesis antibacteriales y que resulta efectiva eliminando microorganismos.
El objetivo del proyecto es buscar solucionar problemas de pacientes amputados que desarrollaban complicaciones dérmicas por el uso de sus prótesis, ya que esto traía “complicaciones que van desde una dermatitis o foliculitis hasta graves infecciones fúngicas o bacterianas, que impiden que sigan con sus tratamientos y aumenta enormemente los costos y tiempos de tratamiento para estos pacientes, incluso, en casos graves, volver a someterse a cirugía”, señaló en un entrevista a El Mercurio Daniel Martínez.
Interés de la NASA
¿Pero qué vio la NASA en esta iniciativa? La Agencia Espacial se encuentra probando esta tecnología para evitar la contaminación de bacterias extraterrestres del espacio.
Lo anterior tiene relación con la preocupación de que tras la exploraciones espaciales, en específico al planeta Marte, se traigan consigo bacterias que puedan afectar la vida en la Tierra.
En ese sentido, Andrés Acuña señala en el video de la UAI que “la NASA declara tener el problema de la contaminación bacterial interplanetaria. Lo que ellos buscan es probar aplicaciones con el aditivo, más bien, con las propiedades antibacteriales de la tecnología nuestra, porque efectivamente ellos tienen el problema de evitar traer bacterias del espacio a la Tierra”.
Asimismo, Acuña agregó que “si bien este proyecto se desarrolló para atender problemas reales. Nuestro vínculo en este ecosistema, incluso con la NASA, nos va permitir posicionar a Copper 3D en la carrera espacial en Marte e incluso más allá”.