El verano se acerca y con él van llegando también los días soleados, la ropa liviana, los días de piscina y las vacaciones. Pero además de las cosas positivas que trae la llegada del calor, hay un punto al que prestar atención: los rayos del sol y la radiación ultravioleta.
Lo importante es protegerse de la manera adecuada y para ello hay que saber qué protector solar utilizar. Para ello, la académica de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián, Izaskun Caro, explicó que uno de los puntos más relevantes es utilizar el factor correcto.
“Cuando se trata de factores inferiores a 30, existen diferencias importantes, pero entre 30 y 50, la variación de rayos que se filtran es sólo de un 10%”, dijo la experta.
“Cuando se trata de factores superiores a 50, no se justifica su uso, porque la cantidad de protección extra que se gana es ínfima y la cantidad de filtros utilizada para lograr dicho factor es muy alta, esto hace que la persona sea más susceptible a sufrir alergias”, aseguró Caro.
Otro mito que aclaró la experta es que pese a que las personas blancas sí son más susceptibles a los rayos UV, el daño se produce igual a quienes tienen piel más oscura, a pesar de que tienen mayor resistencia.
Cuidado del sol en niños
Respecto a los cuidados de niños y niñas, Caro advirtió que no se recomienda el uso de bloqueador en bebés. “Los menores de seis meses no deben usar protectores solares, porque simplemente no deben exponerse directamente a la luz solar o a los rayos solares”, enfatizó la experta.
Los más grandes deben usar protector solar, pero hay que elegir uno infantil para evitar cuadros alérgicos. “Existen dos sistemas filtrantes, uno que es físico y otro químico. Los últimos tienen partículas más pequeñas y es fácil reconocerlos, porque los niños no quedan como mimos con toda la cara blanca”, señaló la académica.
Los filtros físicos son de uso preferencial en niños y personas con tendencia a presentar alergias, ya que actúan como una barrera similar a una muralla frente a los rayos solares y no interactua con la piel. Por otro lado, los filtros químicos disipan la energía de los rayos solares y sí interactuan con varios componentes de la piel.
También es usual que si un bloqueador no se ocupa totalmente se guarde de un año para otro. La químico farmacéutica sostiene que idealmente se debe utilizar uno por temporada. Por lo general, los bloqueadores tienen 12 meses de duración y pasado ese período comienzan a perder sus efectos. Además, una vez abiertas los protectores solares están expuestos a humedad, agua, y bruscos cambios de temperatura, siendo un ambiente ideal para el cultivo de microorganismos.
¿UVA o UVB?
Finalmente, la académica explicó que el espectro solar tiene varias fracciones, una de ellas es la UV que se subdivide en tres más.
“Están los rayos UVA que no son filtrados por las nubes o los vidrios y que son capaces de llegar a las capas más profundas de la piel y responsables en gran parte del envejecimiento precoz y las alergias solares. También se encuentran los rayos UVB, que son los que producen la quemadura solar y llegan a las capas más superiores-superficiales de la piel y finalmente los rayos UVC, que se supone no llegan a la tierra, ya que son filtrados por la capa de ozono, cuando dicha capa está intacta”, señaló Caro.