En los últimos cinco años, el consumo de bebidas energéticas se cuadriplicó entre los chilenos, alcanzando un total de casi 37 millones de litros vendidos en ese periodo, según un informe de Euromotor.
Si bien son los jóvenes las que más las consumen y en muchos casos produce el efecto que se busca, por otro lado hay estudios que muestran sus potenciales consecuencias para la salud.
Se trata de una investigación de la Asociación Estadounidense del Corazón, la cual se presentará oficialmente la próxima semana en un evento anual y donde un trabajo realizado por investigadores de la Escuela de Medicina McGovern de EE.UU demostró que una sola bebida energética afecta la función de los vasos sanguíneos.
En su investigación, evaluaron a 44 universitarios sanos y no fumadores, a los que se les midió la función de los vasos sanguíneos antes y 90 minutos después de tomar una bebida energética de 700 mililitros.
¿El resultado? la dilatación de los vasos cayó 2,3% después del consumo, lo que sugiere un deterioro agudo del funcionamiento vascular, según los investigadores.
“Es esperable, porque son bebidas ricas en cafeína, la cual contrae el tejido que cubre la zona interna de los vasos sanguíneos”, explicó a El Mercurio Jaime González, médico internista e investigador del área cardiovascular de la Universidad de Chile.
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