Año 2013: Yahoo sufrió el ataque de un hacker que afectó a 1.000 millones de usuarios. Año 2014, EBay acusa que 145 millones de usuarios fueron afectados por un hackeo.
En el 2015, Estados Unidos recibió un ciberataque que dejó al descubierto datos confidenciales de 21,5 millones de personas, incluyendo números de la seguridad social, contraseñas e incluso huellas dactilares. Y en octubre de 2016, la empresa Uber tuvo un robo de información de más de 57 millones de cuentas de sus usuarios.
El cibercrimen es una realidad que ha golpeado fuerte al mundo, y cada año se evidencia que el fenómeno va en aumento, arrasando con toda la información y datos existentes en la red.
Este fenómeno también afecta a Chile. Este 2017, de los más 24.000 ciberdelitos detectados en el primer semestre, el 2% corresponden a delitos informáticos.
De esta manera, en el país se busca combatir gracias a la Política Nacional de Ciberseguridad. Creada a través del Comité Interministerial sobre Ciberseguridad en 2015, esta política tiene el propósito de crear redes de colaboración cuyo fin sea la protección ciudadana, basada en una política de identificación y gestión de riesgos.
Los Portonazos de la Era Digital.
Bajo ese contexto, la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) realizó el Encuentro sobre Delitos Informáticos: Los Portonazos de la Era Digital.
La iniciativa organizada por el Departamento de Informática y Computación de la Facultad de Ingeniería de la UTEM trató, precisamente, de la Ciberseguridad, donde diferentes líderes de opinión del área digital expusieron sobre las amenazas y riesgos de este problema utilizados en Chile y el mundo.
El Dr. Oscar Magna, director del Departamento de Informática y Computación de la UTEM, cuenta que este encuentro se hizo pensando en que los estudiantes reciban formación actualizada sobre esta realidad.
Además, en el marco de la Vinculación Social, como uno de los pilares estratégicos de nuestra Universidad, el establecer y mantener relaciones con la sociedad es vital para el desarrollo y formación de estudiantes. Es necesario conocer las necesidades de las empresas y la visión de su desarrollo, crear iniciativas de colaboración y participación interdisciplinaria en las cuales los estudiantes sean parte integral”, indica Magna.
Para el Dr. Magna, “prácticamente toda la sociedad actual se basa en las plataformas digitales y con mayor énfasis si se considera que estamos entrando a la Cuarta Revolución Industrial, etapa de gran dependencia tecnológica y automatización cuyo entorno y procesos se caracterizará por la integración de las tecnologias tales como Inteligencia Artificial en la fabricación, Big Data y Analitycs, Cloud Computing, Robotica, el Internet de las Cosas y Realidad Virtual. Por ello, los datos y la información que circulará será gigantesca y requerirá de profesionales que velen por su seguridad, profesionales con competencias en ciberseguridad para controlar el uso y los cambios”.
“La ciberseguridad como área de la Informática y Computación y considerando el estado actual de la tecnología que transversalmente impacta a todas las áreas del conocimiento y empresas, se ha tornado crucial el posicionarla como parte de la formación y del conocimiento que todas las personas deben tener“, sostiene Magna.
Amenazas y riesgos
En el encuentro, cuatro líderes de opinión del área digital expusieron en torno a estas amenazas y riesgos. El objetivo: conocer la postura y el avance del país frente a la ciberseguridad, donde se conoció las miradas del Gobierno, la Brigada Investigadora del Ciber crimen Metropolitana y la Policía de Investigaciones de Chile (PDI). Además de conocer la mirada de Eleven Path de Telefónica, una de las organizaciones mundiales más preocupadas por la ciberseguridad y, también, apreciar soluciones informáticas de apoyo y de clase mundial, como es el reconocimiento facial de sistemas online aplicado en la seguridad y protección que provee la empresa EBV, en el ámbito de la Biometria en videovigilancia en tiempo real.
Con respecto a las conclusiones finales, Magna indica que Chile se destaca por “su preocupación por la seguridad y protección frente a la gestión de vulnerabilidades y riesgos tecnológicos y se encuentra legislando para disponer de una política nacional de ciberseguridad, a través del Comité Interministerial sobre Ciberseguridad, creado el año 2015. Esta política tendrá como base un ciberespacio “libre, abierto, seguro y resiliente”.
Asimismo, cuenta que el país se ha insertado en organismos de cooperación internacional como el Tratado de Budapest, creado en la Convención sobre cibercrimen del Consejo Europa para tratar temas relacionados a delitos cometidos a través de internet y de otros sistemas informáticos y crear una política criminal común frente a la cibercriminalidad con un rápido y eficaz sistema de cooperación internacional.
Sobre cómo se puede enfrentar este fenómeno de “portonazos en la era digital”, el académico indica que “considerando que los cibercriminales continuamente mejoran su capacidad para aprovechar las vulnerabilidades de seguridad, evadir las defensas corporativas y ocultar su actividad maliciosa, se hace necesario una mayor educación a las personas, actualización y mantención del equipamiento y de los dispositivos sensibles y denuncias a los organismos correspondientes”.