Universidad y emprendimiento profundo
Un indicador relevante de un país que aspira al desarrollo es su capacidad de creación de conocimiento. Un indicador relevante es la inversión en I+D por sobre el PIB, si bien no es el único, es el que hemos estado mirando desde hace al menos 15 años, sin muchos cambios y que aún sigue siendo muy bajo.
Algunos actores de la sociedad exigen que el Estado aumente la inversión, pero, ¿es realista que ello ocurra, dada las prioridades y el presupuesto de la nación? Existe otro camino, y que es el desarrollo de empresas de base tecnológica.
De acuerdo al ranking de inversión en I+D industrial de la Unión Europea, los sectores con mayor intensidad en I+D son el sector farmacéutico, el software y el equipamiento digital, sectores que sabemos son débiles en nuestro país, donde la extracción de recursos naturales es lo que realmente mueve a la economía y donde los indicadores de intensidad de I+D son estructuralmente menores.
El Estado ha liderado a través de iniciativas de fomento como StartupChile, los Programas Estratégicos y los Hubs de Transferencia, pero existe también una gran oportunidad para las Universidades que, como actores relevantes en la creación de conocimiento, puedan ser parte activa de esta misión país.
A través de los hubs de transferencia y de los programas de innovación, las Universidades chilenas están “poniendo a trabajar” el conocimiento que crean, dando así también herramientas a sus investigadores y estudiantes para lograr el desarrollo profesional a través del “emprendimiento profundo”.
Esto ha sido un cambio de paradigma silencioso pero fundamental: no solo es necesario generar conocimiento, sino que también es importante ponerlo a disposición de la sociedad con un modelo sustentable y con sentido para el investigador, el estudiante y la Universidad.
Mario Torres Alcayaga
Vicerrector de Transferencia Tecnológica y Extensión
Universidad Tecnológica Metropolitana, UTEM