Los conceptos tradicionales e inflexibles en el desarrollo e interacción al interior de la sala de clases ya están en retirada. La imagen del profesor frente a sus alumnos, sentados en filas y orden, comienza poco a poco a estar obsoleta.
Así lo plantean los organizadores de la Feria ExpoAula 2018, que se llevará a cabo el próximo 8 y 9 de agosto en el Hotel Sheraton de Santiago, y que busca “ser un espacio abierto a todo público para dar a conocer las últimas tendencias y desafíos educativos de un modelo cada vez más participativo, individualizado e integrado, con aulas más flexibles y tecnológicas”.
El evento contará con el patrocinio no solo del Ministerio de Educación, sino que también del Colegio de Arquitectos de Chile A.G, Duoc UC y el Colegio de Diseñadores de Chile A.G.
“La feria tiene como finalidad que se unan los distintos actores y rubros de la educación para generar conciencia de que sí es posible hacer un cambio integral con miras al aula del futuro, ya que una educación de calidad no sólo se aborda desde lo curricular”, asegura María Olga González, organizadora del evento.
La también diseñadora destaca el estudio de la Universidad Británica de Salford, que arrojó que un aula en condiciones óptimas mejora hasta en un 25% el rendimiento estudiantil.
Las seis claves presentes en el aula del futuro
Pero, ¿cuáles serían las condiciones óptimas dentro del aula? Según los organizadores, y en base a las investigaciones sobre esta temática, el espacio físico y el equipamiento deben facilitar una educación más colaborativa a través de distintos elementos claves:
- Iluminación: Una buena iluminación no solo mejora el rendimiento, sino que se evita problemas visuales. Cualquier espacio para estudiar debe tener iluminación general y privilegiar la luz natural.
- Temperatura: La temperatura ideal oscila entre los 19° y 22°, ya que tanto el frío como el calor provocan efectos indeseables. El primero genera inquietud, mientras que el segundo, sopor e inactividad. En la región del Biobío, por ejemplo, alumnos del colegio Galvarino denunciaron que deben estudiar en salas que bordean los 0º.
- Colores: Hay estudios que demuestran cómo determinados colores influyen en la concentración, la creatividad y la memoria. Para potenciar la creatividad, es preferible utilizar colores claros. Los tonos azules inducen a la resolución de problemas, mientras que el rojo fomenta la atención en los detalles, lo que favorece la lectura comprensiva y la memoria.
- Factor acústico: El ruido influye en la capacidad de concentración. Es aconsejable ubicar las áreas de estudio lo más alejadas posible de las fuentes de ruido.
- Mobiliario ergonómico: Lo básico es contar con una silla de respaldo recto y una mesa con la amplitud necesaria para disponer cómodamente del material de estudio. Es necesario incorporar materiales de buena calidad, considerando las dimensiones corporales del usuario.
- Salas más amplias e hiperconectadas: Las salas de clases en Europa son cada vez más grandes, con graderías y distribuciones que permiten agrupar a los estudiantes de modos distintos; también cuentan con un gran número de enchufes por aula o electrificación móvil.