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Veranadas: La sacrificada estadía de los crianceros en la Cordillera de Los Andes

Es una antigua tradición de Chile. Crianceros del país tienen que asumir los riesgos y sacrificios de abandonar a sus familias y pasar la temporada de verano en el verdoso suelo de la Cordillera de Los Andes. La actividad se llama veranada, y en sectores del norte chico, como la Región de Coquimbo, unos mil crianceros llevan su ganado caprino a pastar y así poder continuar con su ciclo reproductivo.

Antes de subir a zonas cordilleranas, tienen que contar con la autorización del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Después, viene un periodo donde necesitan sacarle provecho a su estadía en los campos de pastoreo cordillerano. En esos momentos se juegan el enorme esfuerzo de poder asegurar una productividad deseada, a pesar de convivir con la falta de equipamiento necesario.

De esta manera, con el propósito de contribuir a la calidad de sus productos, el Programa de Competitividad Turística de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), se adjudicó el proyecto Ruko: Mejoramiento de la Seguridad y Competitividad de los Crianceros en la Provincia de Limarí, Gobernación Provincia Limarí.

El plan, donde los beneficiados serán 12 “Comités de Crianceros” de Monte Patriaconsiste en la instalación de rucos, los tradicionales refugios para las temporadas viviendo en la Cordillera, y además poder contribuir a una mejor inclusión social y a mitigar riesgos.

Marfilda Sandoval, encargada del Programa de Competitividad Turística, señala que el programa pretende mejorar la calidad de sus productos y así poder generar “mayor valor agregado y mejores condiciones de salubridad e inocuidad, pues para lograr lo anterior se requiere de mayor equipamiento, así como mejores prácticas, un enfoque en los encadenamientos productivos locales y mejores acciones de coordinación entre los distintos actores territoriales que participan en la generación de entorno para el correcto desempeño de éste actividad agrícola, que esperamos escalar en la siguiente etapa un producto turístico donde el componente principal sea la puesta en valor turístico de ésta actividad”.

Antes de subir a zonas cordilleranas, los crianceros tienen que contar con la autorización del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).

La iniciativa para ayudar a los criadores es un trabajo en conjunto entre el Programa de Competitividad Turística y con el Programa de Estudio de Política Pública de la Facultad, quienes disponen de especialistas en desarrollo local. Además, incluirá el Programa de Evaluación Sensorial de la Facultad de Ciencias Naturales, Matemáticas y del Medio Ambiente, quienes incluirán a especialistas en alimentos.

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